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Me quiere, no me quiere.

Un pétalo fuera, porque me quiere,
porque sería capaz de hacerme feliz
aunque ello conlleve al fatídico desliz
de aguantar aquello que me hiere.

Un pétalo fuera, porque no me quiere,
porque no nos comunicamos lo suficiente
y el monstruo que vive en mi mente
dice que haré el ridículo, mejor que espere.

Un pétalo fuera, porque me ama,
ya que, al verte, mi felicidad exclama:
"Hermosa la vida de éste desgraciado,
pues, entre desgracias, estoy a tu lado"

Un pétalo fuera, porque me aborrece,
porque mi demonio gana la batalla,
y creo no dar la talla,
y, aunque mi corazón al verte estalla,
mi miedo al rechazo crece.

Un pétalo fuera, porque le importo de verdad,
me lo ha demostrado,
merezco ser amado,
por fin disfrutaré de la oportunidad.

Un pétalo fuera porque... ¿Y si me equivoco?
¿Y si no sé leer las señales que me da?
¿Y si me apresuro, y quedo como un loco?
Se asustará, se enfadará, se reirá...

Un pétalo fuera porque me merezco amar,
me merezco poder suspirar al pensarte,
me merezco desear poder besarte,
¿Por qué tanto miedo al fracasar?

Un pétalo fuera porque me muero de miedo,
porque creí que sí, pero no puedo,
porque algo me impide acercarme a ti,
porque no creo en mí, ni creo en tu sí.

Un pétalo al suelo, para ver si perdona,
porque mientras desmenuzaba una flor,
mientras huía del dolor,
mi amor está con otra persona.

Un pétalo al suelo, y una sonrisa,
ya que, al no tener prisa,
al haberme asustado,
del rechazo, me he librado.

Un pétalo al suelo, y un sollozo,
pues por cobarde no lo intenté,
y, aunque no pueda decir que fracasé,
como siempre, mi gozo en un pozo.

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