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Ahogándose.

En la orilla espero,
solo, tranquilo y fumando,
hago lo que quiero,
y mientras, hay gente que se está ahogando.

Quisiera no oir los llantos,
quisiera que paren de gritar,
quisiera calmar sus espantos
y enseñarles a nadar.

Violentamente salpicando,
gritos cortados,
llantos forzados,
de todo, que sepan todos que te estás ahogando.
De todo, menos intentar salir nadando.

Un día quise salvar,
un día, mal día, salté al mar.
Ese día descubrí que sólo la ignorancia ahoga.
Ese día descubrí que era una trampa.
Ese día me agarraron de la garganta,
mi bondad convertida en una soga.

Las víctimas quisieron ahogarme.
Casi lo consiguen. Casi.
Gracias Gran Espíritu por salvarme.
Gracias Shakyamuni por enseñarme.
Gracias Marihuana por calmarme.
Víctimas, malditas por engañarme.

¿Soy un monstruo por saber nadar?
¿O lo soy por los gritos ignorar?
¿O fui idiota por dejarme arrastrar?
Sólo sé que es todo un espejismo,
no hay fondo del abismo,
y esos hijos de puta, se ahogan sin mar.

No estoy en la orilla, es un desierto,
no sé nadar, sólo estoy despierto,
ellos no se ahogan en el mar,
se matan entre ellos y luego se quieren exculpar.

Si quieres vivir, ten en cuenta:
No hay mar, te ahoga la gente,
no hay agua, todo está en tu mente.
no hace falta nadar,
hace falta cortar el brazo que te quiere estrangular.

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