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El anciano y su biblioteca

Érase un anciano.
Este anciano coleccionaba libros. Tenía miles de ellos en su biblioteca personal, cada cual más extraño. Los atesoraba y no dejaba que nadie los tocara, por si les pasaba algo.
Un día, vino un joven de visita a su casa, y por supuesto, el anciano le mostró su enorme colección. El joven quedó maravillado y, tras insistir varias veces, consiguió convencer al anciano de que le dejase ver uno de cerca.
El anciano le prestó uno. Gran volumen, tapa dura, muy bonito… pero el joven lo abrió y se quedó sorprendido. ¡No estaba en su idioma!
- Oiga señor – le dijo el joven al anciano – éste libro que me ha prestado no está en mi idioma.
- Ni en el mío tampoco, joven.
- ¿Está usted aprendiendo otros idiomas?
- No, ya soy muy viejo para eso.
- Entonces, ¿De qué le sirve tener tantos libros, si no los entiende ni va a esforzarse nunca por entenderlos?
Y así fue cómo el anciano regaló todos sus libros a cualquiera que pudiera entenderlos.

¿Y tú? ¿Cuántos libros, cosas o PERSONAS atesoras en tu vida aunque no las entiendas ni las quieras entender?

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