Érase una cigarra y una hormiga.
Este nos lo conocemos todos, ¿No? No lo creo.
La cigarra nació en una familia pobre, no tuvo acceso a formación en su juventud, lo único que tenía era talento musical. Vivía casi al día ya que como mucho, podía aspirar a un trabajo temporal para una hormiga, en el que sólo se quedaba el 10% de lo que producía. El resto se iba para la hormiga contratante y para la reina del hormiguero.
Por otro lado había una hormiga. Nació en un hormiguero donde no le faltó de nada, siempre tuvo acceso a educación, formación y ayuda del resto del hormiguero. Consiguió un trabajo genial en el que sólo le tenía que dar un 10% de lo que producía a la reina. No obstante siempre vivió aislada de otros modos de vida, creyendo que todos los seres vivos nacían iguales y con las mismas oportunidades.
Cada día, después de su trabajo temporal, la cigarra se relajaba un poco y expresaba sus sentimientos tocando un blues. A lo que la hormiga, que seguía trabajando, decía "puto vago... Si trabajara en vez de tocar, tendría más riquezas y seguro que no pasaría hambre".
No obstante, la hormiga siempre quiso aprender a tocar la guitarra igual que la cigarra, pero cuando volvía a casa estaba demasiado cansada como para practicar, y le habían educado de tal manera que si faltaba un par de horas a trabajar le daba ansiedad, por lo que nunca tuvo tiempo.
Al final, la cigarra murió desnutrida y pobre.
La hormiga vivió el resto de sus días trabajando, infeliz, sin poder cumplir su deseo de aprender a tocar la guitarra.
Antes de que podáis hacer juicio de valores sobre si la hormiga era un títere del sistema o la cigarra una vaga, debo recordaros que la reina se pasa toda la historia recibiendo la producción de los dos mientras se rasca el coño.
Este nos lo conocemos todos, ¿No? No lo creo.
La cigarra nació en una familia pobre, no tuvo acceso a formación en su juventud, lo único que tenía era talento musical. Vivía casi al día ya que como mucho, podía aspirar a un trabajo temporal para una hormiga, en el que sólo se quedaba el 10% de lo que producía. El resto se iba para la hormiga contratante y para la reina del hormiguero.
Por otro lado había una hormiga. Nació en un hormiguero donde no le faltó de nada, siempre tuvo acceso a educación, formación y ayuda del resto del hormiguero. Consiguió un trabajo genial en el que sólo le tenía que dar un 10% de lo que producía a la reina. No obstante siempre vivió aislada de otros modos de vida, creyendo que todos los seres vivos nacían iguales y con las mismas oportunidades.
Cada día, después de su trabajo temporal, la cigarra se relajaba un poco y expresaba sus sentimientos tocando un blues. A lo que la hormiga, que seguía trabajando, decía "puto vago... Si trabajara en vez de tocar, tendría más riquezas y seguro que no pasaría hambre".
No obstante, la hormiga siempre quiso aprender a tocar la guitarra igual que la cigarra, pero cuando volvía a casa estaba demasiado cansada como para practicar, y le habían educado de tal manera que si faltaba un par de horas a trabajar le daba ansiedad, por lo que nunca tuvo tiempo.
Al final, la cigarra murió desnutrida y pobre.
La hormiga vivió el resto de sus días trabajando, infeliz, sin poder cumplir su deseo de aprender a tocar la guitarra.
Antes de que podáis hacer juicio de valores sobre si la hormiga era un títere del sistema o la cigarra una vaga, debo recordaros que la reina se pasa toda la historia recibiendo la producción de los dos mientras se rasca el coño.
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