Ir al contenido principal

La leyenda del buen líder

Se dice que, hace siglos, en un país gobernaba una oligarquía muy opresora que cobraba impuestos altísimos a la población, les quitaba derechos y les trataba de una manera muy abusiva, rozando la esclavitud. Generación tras generación se fue alimentando el descontento de los ciudadanos. Era el caldo de cultivo perfecto para una masacre. Masacre que empezó con un herrero: Jack.
El mismo día que el recaudador de impuestos, junto con dos guardias, vinieron a reclamarle unos impuestos demasiado altos, Jack les tendió una trampa. Primero lanzó aceite hirviendo desde la ventana a los guardias, y luego Jack abrió la puerta y empaló al recaudador con una espada. Aquello fue el desencadenante.
Poco a poco, la gente se iba enterando de lo que hizo Jack, y les inspiró para hacer lo mismo. Poco a poco los guardias iban muriendo y los ciudadanos les quitaban las armas a sus cadáveres.
Una vez hubo suficientes ciudadanos armados, acudieron a Jack viendo una oportunidad de unirse y derrocar al gobierno que les había esclavizado. Aceptó sin pensárselo dos veces.
Jack era muy buen estratega, y por momentos sus filas se engrosaban de todo tipo de hombres y mujeres que pudieran sostener y utilizar un arma. Primero fueron a por el resto de la guardia. Luego a por los banqueros. Luego a por los recaudadores de impuestos que quedaban. Poco a poco cada persona que contribuía a sostener el sistema opresivo, cuando no se arrepentía y se unía a las filas de los rebeldes, era empalada. No tardaron ni una semana en controlar todos los distritos de la ciudad. Y un día irrumpieron el palacio.
Dejaron ir a los mayordomos, sirvientas, niños y niñas, pero a cada noble que encontraban lo torturaban sin piedad antes de cortar su cabeza. La matanza culminó cuando, en la sala del trono, el mismo Jack empaló al rey con su espada.
- Gracias por conducirnos a la victoria, Jack – Dijo uno de los ciudadanos – Por haberte deshecho de todos los tiranos, te proclamamos nuestro rey.
Jack sacó un cuchillo y se dirigió a sus súbditos.
- Oh, gracias, pero no me he deshecho de todos los tiranos, aún me falta uno.
Entonces Jack se rajó el cuello con el cuchillo.

Un buen líder prefiere morir antes que convertirse en otro tirano.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Cómo cambié mi divinidad por una manzana.

Quien me conoce sabe que soy muy aficionado a viajar. De todas las maneras, por cualquier excusa. Viajar da una nueva perspectiva, crea anécdotas maravillosas con las que enriquecer tu vida y la de los demás. Esto que os voy a explicar es mi último viaje. No contaré los detalles que me llevaron hasta ello. Mi viaje empieza a los 20 minutos de que aquél hombre sabio me diera ese brebaje. Me tumbé en mi cama y me desmayé. De repente me vi a mí mismo en un aeropuerto. Normalmente con la euforia de querer subir al avión para ver qué deparará el futuro, poca gente suele girarse para ver lo que deja atrás. Yo ya cometí ese error, así que esta vez miré atrás para ver bien de qué me despedía. Era yo. Y también estaba yo. Y yo también. Y también yo. Eran todas las versiones de mí que han existido antes de cada evento de mi vida que me marcó. No pude evitar llorar. Y me hablaron. Cada uno con la personalidad que tuve en aquél entonces. Algunas irritantes, otras demasiado inocentes. No pude más q...

El bosque de los malditos

Nunca hablarás, pues las palabras se clavaron en tu cuello, amor mío, perderás, si por lo seguro sacrificas lo bello. Y manzanas del caos horripilantes moldean la tierra en la que vivo. Y los monstruos de poderes menguantes dejan de torturarme mientras escribo. Y me pierdo en un bosque frondoso sumido en el éxtasis más primitivo, y sé que estoy perdido, mas nunca lo digo, lo creas o no, tú también, amigo, no desesperes, sé cuidadoso, aun no sabiendo jugar, podemos ganar el partido, aun yendo a morir, disfrutaremos de lo vivido. Mira al cielo, ¿Qué ves? Humo blanco, sorpresa de tanto e tanto, digo la verdad, no me crees, si tengo frío, me niegas un manto. Vomita culebras de lengua viperina, oro blanco de las tinieblas, santa y bendita cocaína, dueña del mundo y de sus quiebras, dueña de mortales obtusos y de sus innumerables mierdas. Ave rapaz que consume todo aquello que en el bosque se pierde, escóndete, antes de que se acuerde de que tiene poder sobre lo que nos une. Blanco deseo de ...

Castigo anunciado

Vais a arder, no podréis hacer nada, vais a arder, y probaréis el filo de la espada, vais a arder, y de nada os servirá una excusa elaborada, ni el perdón de una deidad inventada. Y por cada inocencia violada, por cada injusticia no castigada, por cada mente engañada, por cada verdad silenciada. Vais a caer, vais a arder, en esta vida o en la siguiente, heridas en el cuerpo, o en la mente, os espera el dolor, y no podréis huir, qué horror, por no saber qué es lo que se siente, por destruir el preciado puente que conecta con la verdad al que miente. Por anteponer una casa al hogar, por anteponer los lujos al bienestar, por juzgar, por oprimir, por obligar, por creerte quién para poder castigar. Por jactarse de civilizados mientras los cadáveres se pudren amontonados, por culpar a los demás de vuestro egoísmo, por decir querer otro mundo, pero elegir siempre al mismo. Por eso y por más, mil cuchillas rajarán tu piel, por eso y por más, reza a tu Dios, pues pronto estarás con él. Por eso ...