No soy los cuerpos que me excitan,
no soy la tierra donde nací,
no soy ideas que se marchitan,
no soy para ellos, ni para ti.
No soy bandera ni estandarte,
no soy mis ganas de besarte,
tampoco soy mis deseos,
ni los hermosos ni los más feos.
Ni soy alto, ni soy fuerte,
ni soy listo, ni soy decente,
ni maldito, ni con suerte,
sin ser ciego, no puedo verte.
Crees que soy y crees que fui,
pero, ni me sinceré ni mentí,
mi sombra fue real, pero no palpable,
pudieron evitar tanto mal
con un mundo más amable.
Mi miseria, mi suerte,
mis virtudes, mis miedos,
mi ropa, mis cueros,
mi vida, mi muerte,
mi timidez, mis ganas de conocerte...
¿Me definen o me pertenecen?
¿Define a un circo cuando los enanos crecen?
¿Define a un payaso la nariz roja?
¿Define a una silla su pata coja?
No soy lo que poseo.
No soy lo que deseo.
No soy lo que como.
No soy lo que fumo.
No soy lo que bebo.
No soy nada.
Y, aunque me taches de loco,
sabes que tú tampoco.
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