Cierra la puerta,
abre la boca
y grita.
Grita como una loca.
Grita por tu alma rota.
Grita porque tu vida es poca
y te esclavizan mientras se agota.
Grita, coño.
Grita cual madre
a quien mataron a su retoño.
Que tu grito oídos taladre,
pues tu vida ya tiene otoño.
Grita, joder.
Desgarra tu sucia garganta,
y tu furia los males espanta.
Pero nunca podrás reconocer,
que dentro de tu ser,
el odio te encanta.
Grita, tío.
Aúlla en nombre
de víctimas de uniforme
que no pudieron decir ni pío.
Berrea sin parar
hasta que el odio deje de ser tu hogar.
Porque hasta sin deuda debes pagar.
Porque tus amados no saben amar.
Ahora, cierra la boca
y abre la puerta.
Sonríe, hay gente despierta.
Es hipocresía, y se nota,
el vaso colmó la gota.
Estabas mejor con la puerta cerrada,
ya lo sé.
¿Qué hice mientras gritabas desconsolada?
Desperté.
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