Aquí, mientras espero,
veo cómo la sociedad
quiere quitarme mi caramelo.
Sin importarles mi áspera garganta,
ni si atenta contra mi libertad
una guerra contra una planta.
Aquí, mientras espero,
tengo frío, estoy tiritando
pero ellos, preocupados por mi pelo,
y no ven que me está calentando.
Un aspecto desagradable para ti
no es razón para ir criticando.
Gracias a ello, ya aborrecí
tus ganas de ir "ayudando".
Aquí, mientras espero,
poder tumbarme y dormir
se convierten en mi único consuelo.
Lástima que vayas a intervenir
y a correr luego un tupido velo.
Aquí, mientras espero,
mi mente se va desesperando,
mi bolsa está menguando,
mi humo está espesando,
y tú, capullo, sigues criticando.
Aquí, mientras espero,
invirtiendo tiempo que nunca recuperaré,
hay gente pinchando, a ver si me muero,
envidiosos, ya que, sin esfuerzo, les superé.
Aquí, mientras espero,
y ya que tu mente está igual de loca,
siéntate conmigo, esperemos juntas,
pero si vas a resucitar ideas difuntas,
mejor apártate y cállate la boca.
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