¿Cuánta gente tiene que desear no haber nacido
para que estés orgulloso de ser lo que eres?
¿Cuántas vidas crees haber vivido
como para saber que esto es lo que quieres?
¿Cuántos pueblos deben arder
para que tu casa sea la más bonita?
¿Cuántos cadáveres tengo que ver
para que puedas impresionar a una señorita?
¿Cuánto más lastimarás a nuestra abuela
para que disfrutes de tus putos caprichos?
Y cuán poco te sirvió ir a la escuela
si tratas a tus hermanos como a bichos.
¿Cuánto nos tenemos que ocultar
para respetar tus tradiciones?
¿Cuánta vergüenza debemos mostrar
para respetar tus opiniones?
¿Cuán difícil debe ser nuestra vida
para que estés conforme?
¿Por qué debo hacer lo que tu ego me pida
y asfixiarme dentro de un uniforme?
¿A cuánta gente vas a engañar
para que compartan tu enfermedad?
¿Cuántas vidas vas a destrozar
mientras nos pides humildad?
¿Cuánto tenemos que maquillar la realidad
para que no rompas a llorar?
¿Cuán desdichada debe acabar la humanidad
para que tu bandera pueda hondear?
¿Cuántos niños deben pasar hambre
para que aprendas que la patria no alimenta?
¿Por qué tengo una reina, si no me representa,
si no soy abeja, ni quiero ser de tu enjambre?
¿Por qué no nos dejas vivir en paz?
¿Por qué, aunque las mates,
usas como símbolo a un ave rapaz?
¿Por qué tu orgullo voraz
justifica el cómo nos trates?
Cuando te des cuenta del daño que haces,
y quieras redimirte de esos horrores,
traiciona a tus antiguos captores,
que yo, contigo, encantado haría las paces.
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