Niño, estudia.
Queremos ayudarte
a que tengas un futuro.
En realidad, vamos a moldearte
para que defiendas nuestro muro.
Para que no nos cuestiones
al recibir instrucciones,
para que mueras por nosotros
en caso de rebeliones.
Chaval, sé un hombre.
Queremos que seas fuerte,
y que tu amada, al verte, se asombre.
En realidad es para romperte,
para que sientas vergüenza por vivir,
para que todos huyan al verte,
ya que normalizaste el sufrir.
Para que no seas libre
ni descubras la verdad,
que creas que ser sensible
es una deformidad.
Joven, no se nos altere,
hacemos lo que podemos,
no hay necesidad de que se rebele.
Es verdad que tu vida duele,
y la solución a todo nos la sabemos,
pero queremos seguir siendo superiores.
Te haremos creer que tenemos valores,
incluso que somos normales,
mientras culpamos de todos los males
a tus verdaderos iguales.
Señor, tenga hijos,
será un evento maravilloso
cuidar de humanos canijos.
En realidad, poco dura lo precioso,
cuando te veas esclavizado
para mantener al mocoso.
Y en la trampa que has caído
poco tiempo hay para el amor,
tras currar, aguanta el dolor
de solo ver a tu hijo dormido.
Abuelo, hágase a un lado,
usted ya es mayor,
disfrute de todo lo trabajado.
En realidad, no nos importa tu dolor,
sigues siendo nuestro prisionero,
y ahora eres débil, mucho mejor.
Le trataremos de caballero
mientras sufre en un rincón.
Aunque desees morir, nadie puede verte,
nos la pela su situación,
y hasta el día de tu muerte
encerrado en esa habitación.
Y si no sigo esa vida,
preferís que la pierda...
pues iros todos a la mierda.
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