Vais a arder,
no podréis hacer nada,
vais a arder,
y probaréis el filo de la espada,
vais a arder,
y de nada os servirá una excusa elaborada,
ni el perdón de una deidad inventada.
Y por cada inocencia violada,
por cada injusticia no castigada,
por cada mente engañada,
por cada verdad silenciada.
Vais a caer,
vais a arder,
en esta vida o en la siguiente,
heridas en el cuerpo, o en la mente,
os espera el dolor,
y no podréis huir, qué horror,
por no saber qué es lo que se siente,
por destruir el preciado puente
que conecta con la verdad al que miente.
Por anteponer una casa al hogar,
por anteponer los lujos al bienestar,
por juzgar, por oprimir, por obligar,
por creerte quién para poder castigar.
Por jactarse de civilizados
mientras los cadáveres se pudren amontonados,
por culpar a los demás de vuestro egoísmo,
por decir querer otro mundo, pero elegir siempre al mismo.
Por eso y por más,
mil cuchillas rajarán tu piel,
por eso y por más,
reza a tu Dios, pues pronto estarás con él.
Por eso y por más,
ay, pobre ser, ya que, por todo lo demás,
no será ni una décima parte de lo que tú creaste,
de todos los horrores que seguro que ya olvidaste.
Y entonces, vuestra agonía podré escuchar,
¿Qué digo? la podría hasta disfrutar,
sufrid en ésta tortura compartida,
encerrados,
condenados,
hasta que esta lección por fin esté aprendida.
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