Miedo a las motos, miedo a las drogas,
miedo a la chica que hace que te corras.
Miedo constante, miedo al inmigrante,
miedo a que te rechacen por ignorante.
Miedo al criminal, aún siendo inocente,
como es normal, miedo al qué dirá la gente,
miedo al silencio propio, miedo al ruido ajeno,
miedo a que el patrón te diga que no eres bueno.
¿Merece la pena?
¿Ésta vida te parece buena?
Posiblemente, para ti sea tarde.
No obstante, para otros no lo es,
y, como no escuchas, no lo ves,
tus miedos adoctrinan a otro cobarde.
Vives cómodo en el miedo,
respeto tu decisión,
No obstante, ¿decirme que no puedo?
Eso es agresión.
Eso es empujarme a tu prisión.
Eso es contagiarme tu maldición.
Vive eternamente en tu burbuja,
donde nada quema,
donde nada pasa,
pero no me apartes de mi bruja,
ella es buena,
tanto si acierta, como si fracasa.
Estás enfermo, y no te quieres curar,
lo respeto,
tienes derecho a vivir quieto,
pero nunca me vuelvas a contagiar.
Vivir contigo ya es un reto,
no me hagas tener que marchar.
Lo que no haré, será callar,
tú, cobarde, deja de asustar.
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